En los últimos años la Odontología se ha visto sometida a numerosos cambios tecnológicos. Sin duda uno de esos grandes aportes tecnológicos ha sido la introducción del microscopio óptico o quirúrgico en el sector dental. Ahora, gracias al microscopio, somos capaces de poder ver y tratar estructuras que antes resultaban poco visibles para el ojo humano.
Con la incorporación del microscopio en el campo odontológico se abren nuevos horizontes en el diagnóstico y tratamiento, permitiendo realizar tratamientos con la máxima precisión y seguridad, logrando cada vez resultados mucho más predecibles.
El Microscopio puede ser utilizado en cualquier área de la Odontología que requiera una magnificación para la correcta realización del tratamiento. Por ejemplo acceso visual a zonas donde hay déficit de iluminación, o tratamientos que requieran una altísima precisión que sin magnificación no sería posible, permitiéndonos conseguir unos ajustes y acabados mucho más precisos en cualquier especialidad.
También nos permite desarrollar nuevos conceptos, como la Odontología Mínimamente Invasiva, que permite una odontología más conservadora, menos traumática y mucho menos agresiva, y logrando unos altos niveles de resultados clínicos que sin el microscopio no serían posibles.
